viernes, 24 de junio de 2011

CONEXION

Enfrentado a los terrores del amor, esa casi continua percepción de una ausencia, de rostro definido y de voz reconocible, creo percibir otra vez la fisura* en la sensible envolvente del Universo Interior, por la que fluyen tenues y mágicas esencias desde la otra mitad del Universo, que con asombro intuyo, no es la Exterior. (1)


(1) Nota del Autor.- Según el ornitólogo heresiarca Ben al Rami (Mitología y Persecución de Helena. Libro XXVI, 1590), el Universo solo seria divisible en dos volúmenes concéntricos, uno limitado y vulnerable que se extiende desde la piel hacia adentro, y el otro mas vasto, acaso ilimitado, que comprende desde la piel hacia fuera.


Nota del Editor.- El físico ruso V.I.Rodogorov denomina a esta elemental cosmogonía “Modelo de Universo Autoreferente”, y en su texto ya clásico “Orígenes del Duelo” (Ediciones IVOROSKAYA, Moscú, 1963), la rebaja a una mera falacia verbal.


(*) Nota de Traductor.- El original usa el termino ‘hiatus’ termino latino que corresponde a; grieta, abertura, hendidura. Se ha preferido traducir como ‘fisura’ porque parece concordar más con el contexto.

martes, 21 de junio de 2011

PASION

La primera vez que la vi supe de inmediato que era la mujer que había buscado todos estos años. Desde ese día la esperaba a la bajada del ómnibus, la seguía oculto entre los otros transeúntes, hasta que llegaba a su casa en el barrio sur. Con los meses mi amor fue creciendo, convirtiéndose lentamente en una obsesión. La ansiedad por verla me hacia el día interminable. No me decidía a hablarle, sabia que no podría soportar su rechazo.

A veces sentía que de alguna manera la cuidaba, me sentía como un ángel protector. El barrio era peligroso, con sitios baldíos y callejones oscuros. Eran cinco cuadras y medias que yo recorría en silencio, a la distancia suficiente para que ella no notara mi presencia. No quería asustarla. Nunca le hablé ni me deje ver.

Ese día la espera en la parada del ómnibus fue mas larga que lo habitual. Ya era tarde, invierno, oscurecía temprano.

-Yo la amaba, señor juez- le dije

Pero hombre – me respondió – no entiende que lo más terrible de su crimen no fue el intento de violación, sino el haberla matado.

EL ANGEL

Subió en la estación Departamental, delgada, de cabello rubio color miel que le caía liso sobre los hombros, no era muy alta, con un rostro de rasgos suaves y una apariencia que tenía una suavidad y una delicadeza algo especial. Aunque era bonita, no llamo mayormente la atención de los hombres, que a esa hora de la mañana iban ensimismados en el periódico o en la expectativas, buenas o malas, del día.

Vestía un traje azul y llevaba una pequeña mochila como las estudiantes de secundaria, por lo que a primera vista lo parecía. Pero cuando uno se fijaba en los detalles se notaba claramente que no lo era. Me pareció singular esa apariencia engañosa.

Se ubico lejos de donde yo estaba, así que solo la mire un par de veces entre las tres estaciones siguientes. En Franklin ya apenas pude distinguir su pelo entre los otros pasajeros, me pareció mas claro y mas etéreo, incluso creí percibir una cierta luminosidad en su entorno que atribuí al juego caprichoso de las luces fluorescentes del vagón.

Al acercarme a la puerta en la próxima estación, mire hacia ella para observarla por última vez. Ahora que lo pienso no me asombró que ya casi se hubiera desvanecido. Solo quedaba una tenue línea del perfil de su rostro y una sutil fosforescencia donde había estado el cuello de su blusa.

sábado, 19 de febrero de 2011

LA NOVENA REINA, REINA DE TRISTEZAS

Diario de viajes

Era la Reina de Tristezas, sola en medio de todos. En ciertos instantes cerraba los ojos para hacer desaparecer ese mal encantamiento de un tren en un túnel inacabable y esas gentes tan cerca. Le faltaba la lluvia en las ventanas, y detrás del cristal los árboles y el otoño en un paisaje húmedo de ocres y amarillos. No era su reino, y ella lo sabía.


PROLOGO

Hace dos años y medio que he vuelto a Santiago, viajo diariamente en el Metro, en la mañana entre 7.00 y 7.30, y en las tardes entre 17.30 y 18.00. En estos rutinarios viajes, para matar la monotonía voy eligiendo alguna dama para escribir su leve historia. Así te descubrí un día entre el tumulto, te volví a ver dos o y tres veces, me llamo la atención la seriedad de tu rostro, tu mirada fija en un punto lejano, tus ojos grandes de largas pestañas, tu rostro alargado de un suave color mate.

En esas ocasiones te mire insistentemente, para que te dieras cuenta de mi, no recuerdo que me miraras mas de una vez en forma impersonal, un día en que ibas sentada quede frente tuyo y te mire todo el viaje. Te subías en Lo Ovalle, a la misma hora y en el mismo vagón que yo, despues supe que te bajabas en Manuel Montt, una estación antes que yo. Asumí esas coincidencias como un destino ya determinado para nosotros. Por aquellos días soñé encontrarte en el mismo edificio de mi dentista. Poco a poco comenzaste a interesarme más. Ayer te nombre Reina, la novena, y decidí quererte. ( No recuerdo si ya eras la tercera o la octava, casi estoy seguro que eras reina antes de hoy.)

MIERCOLES 29 DE ABRIL

El tren ya estaba por partir en Lo Ovalle, y subí como siempre en el último carro segunda puerta. Estabas sentada mirando hacia adelante, no pude hacer que me vieras, pero decidí seguirte en Los Héroes para irme contigo hasta Manuel Montt. Allí espere que te instalaras en el andén y yo me ubique también en el borde pero atrás tuyo, de tal manera que yo podía mirarte pero tú debías volverte para saber si yo estaba cerca. Lo hiciste de reojo.

Subimos juntos en el primer tren, me instale detrás de ti un poco oblicuo, miraste un par de veces de reojo, creo que talvez nos miramos en el reflejo de la ventana. Te mire durante todo el viaje. Cuando llegábamos a M.M. te acercaste a la puerta y yo también me acerque de manera que te dieras cuenta. Mientras el tren se detenía quede muy junto a ti cerca de la puerta mirándote por el reflejo.

(Había decidido bajarme contigo y seguirte, no hablarte, solo seguirte para que te dieras cuenta de mi interés y para saber donde trabajabas.)

Sabiendo que me baje junto contigo, saliste de la estación sin mirar atrás, solo cuando caminabas por 11 de Setiembre miraste un poco de lado para ver si te seguía. Contra lo que esperaba te detuviste en un paradero de colectivos, creo que me miraste para ver que hacia yo. No me atreví a pararme a tu lado, y seguí de largo sintiéndome observado y un poco ridículo, doble en la esquina para escapar.

Vestías una chaqueta gris oscura con líneas mas claras, una falda pantalón gris oscura y zapatos bajos. Me di cuenta que eras elegante.

(Ya en mi oficina comencé a planear el próximo paso, seguirte en el colectivo me pareció azaroso y pensé que me iba a sentir inconfortable. Finalmente decidí dejar una de mis tarjetas con mi teléfono en tu bolsillo)

JUEVES 30 DE ABRIL

Hoy me asegure de salir mas tarde para encontrarte, llegue a L.O. como a las 7.10, no habia tren aun en la estación, mire por ti pero no habías llegado, asumiendo que aparecerías, subí al primer tren que llego, no apareciste. Ya había decidido esperarte en L.H., así que no me preocupe. Igual te busque en el viaje, tratando de reconocer tu pelo.

En L.H. deje pasar el primer tren y te espere junto a la pared. Apareciste con una chaqueta de cuero café con capucha tipo montgomery, creo que te diste cuenta que yo te esperaba porque cuando te vi me acerque al anden, esta vez tu me ganaste y te instalaste a mi lado pero atrás, para mirarte debía volverme. Sacaste notoriamente un chicle, nunca te había visto con uno, asumí que lo hiciste por si yo te hablaba. Te mire de reojo un par de veces mientras llegaba el tren.

El tren que apareció, después de un largo siglo en que sentía que me mirabas desde atrás muy cerca mío, era un tren boa, subí detrás tuyo pero quedamos casi de espaldas. Tratando de mirarte olvide la tarjeta que llevaba en mi bolsillo, cuando la recordé me di cuenta que no estaba en posición para ponerla en uno de tus bolsillos, además la chaqueta no los tenia. Dude en bajarme contigo en M.M., pero no quise sentirme ridículo pasando de largo en el paradero de colectivos. Aun no me decido a hablarte ni a seguirte en el colectivo.

Cuando te ibas a bajar me acerque a la puerta como si fuera a seguirte, miraste de reojo y yo te mire fijamente, te bajaste sin mirar y solo te divise cuando empezabas a subir la escala.

(Ahora que escribo esto me da rabia no haberte seguido, creo que la próxima vez te seguiré para hablarte, pase lo que pase.)

LUNES 4 DE MAYO

Hoy no te vi , espere dos trenes en Los Héroes, fue en vano...pensé bajarme a esperarte en M.M. pero viajo a mediodía y tengo que hacer varias cosas. Quede muy triste...

Pienso que talvez no te vea nunca más, que has cambiado de trabajo o de horario.

VIERNES 8 DE MAYO

Estuve de viaje hasta ayer. Hoy te busque entre la gente y nada. No verte comienza a parecerse al infierno.

LUNES 11 DE MAYO

Hoy decidí esperarte hasta que aparecieras o confirmar tu desaparición. Como no te encontré en L.O. ni en L.H., me baje en M.M. y espere a la salida bajo la lluvia fina de este tu otoño. Apareciste con tu abrigo azul y tu paraguas, seria, indiferente, ni siquiera sentí que me miraste, pero lo presiento. Espere que te fueras en el colectivo. El universo retoma su rumbo cotidiano. Volví feliz a la oficina.

MARTES 12 DE MAYO

Hoy fue un buen día para nosotros. En L.O. pensé esperarte pero al fin me subí en el tren con la confianza que aparecerías o si no te iba a esperar en L.H., apareciste cuando el tren estaba lleno y no subiste, creo que mi miraste, que te diste cuenta que yo estaba ahí, al fondo frente a la puerta, mirándote. ¿Porque no subiste, sabias que te iba a esperar en L. H.? Pienso que querías comprobarlo.

Te espere en L.H., deje pasar un tren y antes que llegara el otro apareciste, yo te estaba esperando en el preciso lugar del anden donde queda la puerta en que te subes. Te pusiste a mi lado, solo me miras de reojo. El tren venia medio vacío así que nos vinimos juntos, uno al lado del otro, mi brazo tocaba tu cartera. No me miraste por supuesto, solo de reojo, yo hice lo mismo. Creo que te moviste un poco para verme por el reflejo de la ventana. Al llegar a M.M. te acercaste a la puerta y yo te seguí, no me baje porque no se como hacer para hablarte. Subiste la escala sin mirar atrás.

(Esta vez sentí claramente tu cercanía, aspire secretamente tu suave perfume, acaricie con mis ojos suavemente tu pelo. Supe ahora que podría quererte bajo los árboles y la lluvia de esta ciudad inmensa.)

¿Porque no me das aunque sea un pequeño indicio de que existo para ti, porque me miras siempre de reojo, nunca directamente...? Necesito una seña, un leve gesto para decidirme a hablarte. Si hoy hubieras subido al tren lleno en L.O. talvez me hubiera bastado para decidirme a hablarte.

Bonita cartera, pañuelo azul al cuello, eres muy elegante. Considere la posibilidad de dejar mi tarjeta en uno de tus bolsillos, pero me lo impedía tu cartera.

He decidido que el viernes te seguiré en el colectivo.

VIERNES 15 DE MAYO

No subiste en L.O., así que te espere en L.H. un tren, y apareciste, me ubique al lado tuyo y subimos juntos, viajamos muy juntos, incluso me miraste un par de veces. Esto me dio animo y me baje contigo en M.M., mientras te seguía hacia la salida detrás tuyo iba pensando que hacer, sin pensar mas te hable subiendo la escalera de salida,

-disculpe, dije amablemente

-si?, preguntaste con cara inmutable,

-como puedo hacer para conocerla?, dije tratando de que mi voz sonara suave, pronunciaste un pequeño chasquido de molestia y volviste la cara,

-disculpe..., alcance a decir y me quede como tonto parado frente a un kiosco haciendo como que leía los titulares cuando en verdad estaba esperando que te alejaras para escapar. Por suerte no me veías porque yo estaba oculto por el kiosco, así que me devolví tome el primer tren y desaparecí de tu vida para siempre.

POST DATA

OCTUBRE 6

Hace ya un par de semanas que decidí verte nuevamente. Había decidido no volver a hacerlo, viajaba a mi hora de siempre, mas temprano que tu, y en los vagones de atrás. Igual te buscaba entre las gentes pero sabiendo que no te encontraría.

Pero comencé nuevamente a viajar en tu primer vagón, pero no en tu horario, como queriendo y no queriendo encontrarte. Evitaba así la coincidencia de espacio - tiempo que me llevaría a ti.

Pero hoy el azar, ese juego inevitable al que estamos sujetos, hizo que saliera unos minutos mas tarde de mi casa, que el colectivo se demorara unos minutos mas de lo normal, y finalmente que tu llegaras a la estación Lo Ovalle unos minutos antes que lo habitual, y a las 7.15 te vi subiendo al metro en el mismo vagón de siempre y por la misma puerta a la que yo debía subir.

Pensé rápidamente si irme junto a ti, pero no me atreví y subí finalmente dos puertas más allá, en el mismo carro. Durante el trayecto te busque entre la gente pero no te pude ver. Me fui pensando que hacer en Los Héroes, si seguirte al primer vagón o irme en uno de mas atrás. Te vi bajar seria e indiferente al tumulto, caminando rápido con la vista fija al frente, mientras bajaba la escala decidí no seguirte, y tratando de esconderme entre los demás pasajeros me escabullí a esperar el penúltimo vagón. En Manuel Montt no alcance a verte subiendo la escala.

No se si todo es coincidencia o tu también me estas buscando, solo que ocupas el mismo vagón pero mas temprano de lo habitual para ti, como queriendo y no queriendo encontrarme.

Tampoco se que haré mañana...

Reviso las coincidencias de la mañana y recuerdo un hecho extraño. Mientras esperaba el colectivo en la esquina de siempre vi un poco mas atrás por la misma calle un hombre viejo y con aspecto casi de mendigo, me pareció que también esperaba el colectivo, pero yo estaba antes en el trayecto así que no me preocupe. A los pocos minutos el comenzó a caminar hacia donde yo estaba y siguió de largo anteponiéndose por mas de una cuadra a la espera del colectivo. Cuando paso por mi lado lo reconocí como un antiguo vecino del barrio, me extraño su aspecto pobre y desarreglado. El ocupo el único lugar del primer colectivo que paso, debí esperar el siguiente. Conozco a los pasajeros usuales de esa hora y a el nunca lo había visto, me pregunto si era el ángel oscuro del destino, y su papel era simplemente retrasarme para que nos encontráramos.

OCTUBRE 23

Otra vez te escribo, pienso si imaginas que ya has logrado cinco paginas.

La semana recién pasada, creo que el día miércoles, en la mañana yo ya estaba en el tren en LO cuando te vi venir hacia el mismo carro en el que yo estaba, pensé que te ibas a subir, pero te quedaste esperando el próximo tren, tal vez porque este iba mas completo, no me viste.

En LH decidí no esperarte, íntimamente dejando al azar la posibilidad de que alcanzaras el tren en el que yo estaba, pero no fue así y cuando el tren en el que yo estaba ya iba partiendo apareciste. Vestías un traje color fucsia, con una blusa de cuello camisero grande y blanco. Tu rostro con la misma seriedad de siempre, el mismo aire de lejanía de distancia, casi de ausencia. Me pregunto si no será desolación, soledad, una infantil timidez.

No pude escribir antes el encuentro, demasiado trabajo, es posible que haya olvidado algún detalle.

Hoy no, estoy escribiendo esto ahora mismo, de hecho apenas llegue a la oficina hice rápidamente los apuntes que ahora despliego.

Salí un tanto atrasado de mi casa, cerca de las 7.00, estaba ofuscado pensando en los trenes llenos a esa hora, cuando recordé que podría encontrarte, la expectativa casi me alegro.

Y así fue, eran las 7.10 cuando al bajar la escala de la entrada en LO vi que tu venias bajando por la escala de enfrente, nos encontramos casi de frente, tu bajaste delante yo detrás tuyo, se que nos miramos pero no al mismo tiempo, se que bajaste sabiendo que yo venia atrás.

Mientras te seguía, en esos breves segundos, decidí no irme contigo en el mismo carro, y baje al andén por la otra entrada. En LH te vi de lejos bajando a la línea 1, y ahí si me decidí a irme contigo juntos. Me pare a esperar el tren un poco mas adelante de ti, cuando el tren llego creo que quedamos frente a puertas distintas. Me parece que tu te acercaste a mi puerta..., subimos juntos, uno al lado del otro. Dentro ambos fuimos a tomar la misma manilla colgante, se produjo una especie de desencuentro, finalmente yo me moví un poco mas adentro tocándonos las espaldas. Quede medio de lado y tú mirando hacia la puerta, dándome la espalda, juntos.

Durante el viaje yo te miraba de reojo, tu talvez por el espejo del cristal de la puerta, no te mire directamente. Te note inquieta, movías la cabeza de un lado a otro, quizás tratabas de ver si yo te miraba. En MM me di vuelta hacia ti para que pensaras que me iba a bajar contigo, pero sin mirarte, evitando que nuestras miradas se encontraran en el espejo de la puerta, tú bajaste y subiste la escala sin mirar atrás, como siempre. Me quede observándote hasta que te perdiste por la escala.

Ibas vestida igual que la última vez que te vi, pienso que es un uniforme. Llevabas zapatos bajos blanco invierno y una cartera blanca, tu pelo no estaba bien cepillado como otras veces, tenias las uña pintadas rosado oscuro, pero la capa de pintura era muy densa.

Hoy nuestras miradas nunca se cruzaron pero intuyo que ambos nos miramos y ambos nos sabíamos observados. Es mas creo que tú quieres seguir este juego de distancia y cercanía.

(Nota.- JUEVES 19 OCTUBRE. Con nuestro encuentro de hoy he acumulado seis ocasiones en que nos hemos encontrado, apenas llego a la oficina tomo notas manuscritas de los hechos, como he tenido mucho trabajo no he alcanzado ha escribirlas en este texto, pero ahora he decidido escribirlas y entregártelas una vez que las termine.)

VIERNES 23 OCTUBRE

Siete diez de la mañana, deje pasar un tren para esperarte, llegaste poco después y te ubicaste detrás mío a cierta distancia, cuando llego el tren me moví hacia la puerta, tu me viste pero no subiste y permaneciste cerca de la pared. Después que me subí te acercaste a la puerta siguiente a la mía y no subiste. En LH deje pasar un tren pero no apareciste. Vestias igual que la vez anterior sigo pensando que es un uniforme. En LO te observe dos o tres veces, me pareciste inquieta.

MARTES 3 NOVIEMBRE

Hoy vestías una chaqueta negra. No entiendo lo que sucedió. Estabas en LO cuando llegue el tren estaba instalándose, me ubique mas adelante dándote la espalda. Subí al tren cuando este llego pero tú no, mire al andén y no te vi, tampoco llegaste a LH. Me extraña que te quedaras en LO, habían pocos pasajeros... fue para ver si te esperaba..?

(Nota 19 NOVIEMBRE.- Leo ahora las dos notas anteriores y pienso si has estado esperando a otra persona. Tengo celos y no se de que...?)

POST DATA

Han habido cambios extraños, (ya no llevo las fechas) hace dos o tres semanas comenzare a bajarte en la estación Pedro de Valdivia, la misma donde me bajo, caminas hasta el paradero de microbuses y tomas cualesquiera que siga por P. de V.

Me asombro la primera vez que te vi esperando el micro, supongo que te has dado cuenta de nuestra coincidencia, aunque no lo demuestras. Cambiaste el carro donde te subes en LH, ahora subes en el que después queda frente a la salida en PV, bajas muy rápido y caminas al paradero sin mirar atrás ni detenerte. Yo te sigo tratando de que me mires, pero nada...

No hace mucho en una ocasión en yo esperaba en LO, al llegar pasaste un poco de largo y después te paraste delante de mi en el anden, de manera que yo al mirar si venia el tren debía mirarte a ti. Trate de no hacerlo y estuve todo el rato mirando una bebe que estaba delante de nosotros. Al subir quedamos de espaldas casi tocándonos.

En otra ocasión yo llegue después de ti y tu estabas ya sentada, subí en ese carro y me pare a tu costado, te supuse nerviosa, en LH te seguí de atrás un poco pero después me detuve antes.

13 ABRIL

Este año ya no viajas en el metro a nuestra hora. Desde que volví de vacaciones en marzo ya no te he vuelto a ver. Esto es el fin.

FIN

jueves, 16 de septiembre de 2010

RESTOS DE NAUFRAGIO

De pronto vimos salir del agua una voz alta y adormecida. El viento había amainado un poco, tirando a la calma. La voz se deslizo con suavidad sobre el agua verdosa. Un olor a sal se desprendía de las algas que iba desplazando. Dejo un surco de espumas cuajadas que lentamente se fue cerrando hasta desaparecer. Alguien dijo haber reconocido la voz del Capitán, los demás lo miramos asombrados, para nosotros la voz era de mujer.

LA VISITA

No necesité abrir los ojos para saber que era ella. Sentí su mano recorrer con suavidad el perfil de mi rostro. Levantó mi cabeza acercándola a su pecho como con ternura, y por unos instantes la acarició. Entendí agradecido que era el fin, y que iba a ser como siempre quise, de noche, durante el sueño y sin dolor.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

RUTINA DE VIAJE

He desarrollado una rutina ganadora. Todos los días me subo en la misma estación, a la misma hora, en el mismo vagón y por la misma puerta. Así he maximizado la probabilidad de encontrar a la mujer de mis sueños. En mis sueños ella no sigue estúpidas rutinas.

sábado, 28 de agosto de 2010

DE LAS PALABRAS

Polvo serás más polvo enamorado


Porque para castigo* y sombra de las almas que algo dijeron toda palabra prevalecerá como signo o sonido, porque en ellas esta la dicha y el dolor, sus pequeñas felicidades temporales y la infinita miseria de lo que fue su carne, las furias, el miedo, el asombro.

Y es que perduraran por los tiempos como ecos atroces de fantasmas equivocados, repetirán los susurros de ternuras perdidas, o en desdibujadas líneas contendrán todos los sueños, y también, tristemente, la mera equivocación que cerró bruscamente esa puerta.

Y aun en el último Universo, aquel ya vacío e indolente, un mínimo roce, un insignificante estruendo, apenas un zumbido, en fin, un destello imperceptible de sus innumerables partículas girando sin sentido, convocaran en efímeros intervalos esa voz precisa o trazaran con sus frías trayectorias la terrible caligrafía de aquellas palabras.

Rastros serán, vestigios de cenizas desperdigadas, huellas de ya nadas que un día de ellas se dolieron, mas seguirán latiendo para siempre, como castigo y sombra de la mano que escribió o la boca que dijo. Vale.


* Bienaventurados los que no dijeron, porque poseerán no solo el olvido si no también un majestuoso silencio.

ASI TE SÉ

…obstinada, así te sé desde el principio de nuestro tiempo, ¿recuerdas cuando te conocí?, te acuerdas que fuiste tú la que me encontraste en los laberintos plagados de poetas anónimos, de poemitas de tercera, de versitos primorosos, y tú descubriste esa fuerza mas profunda, mas ansiosa, que gravitaba perdida entre paginas y paginas de arena estéril, tú me llamaste entonces e iniciaste esa lenta e incontenible seducción de la letra y después de la palabra, me embrujaste con asombrosas coincidencias, y como si el destino existiera me llevaste de la mano por tus propios senderos, me quitaste la mascara y me despojaste de los hábitos de monje doloroso y me llevaste al prometido infierno a plena lluvia y me dejaste muerto de frío en medio de una calle, y habían luces y reflejos de luces y tumultos y gentes ajenas, y me dejaste esperando en una maravillosa soledad y seguía lloviendo, y entonces volviste por primera vez a mí, y fui dichoso en la medida que te acercabas, de nuevo tu risa y tus manos cerca, y todo esto sucedió aquel cuarto día de cierto agosto de ese año…, ¿recuerdas?, por eso te sé obstinada, hasta ahora, hasta el final de nuestro tiempo...

miércoles, 11 de agosto de 2010

LA SAGA DE LOS CHOLOS DE CORDOVA

El indiferente azar lleva a algunos hombres, marcados por un sino de eternidad, a enredarse con su gloria o su tragedia solo cuando asombrados logran entrever aquel motivo que les retuerce el alma, y por el cual las futuras generaciones, también asombradas, justificaran su mito.

La leyenda quiere que un hombre en una noche de bohemia intrascendente, en una ciudad cercana a la frontera de su patria de nacimiento, prometiera por engaño a una huaicaina triste, cumplirle un sueño.

Aquellos que tuvieron la perra suerte de verlo en aquellos brillantes días del inicio, arengando a los escasos e indiferentes transeúntes en la plaza mayor de la Heroica Ciudad de San Pedro de Tacna, lo recuerdan como un hombre moreno de infaltable sombrero que trataba ingenuamente de darle a su discurso un tono criollo usando el verbo haber donde no era necesario y con la mirada hacia el cielo de un San Martín de Porres.

Esos mismos testigos relatarían después como en menos de dos años y en la misma plaza, la multitud se amanecía para escuchar su arenga matinal, y como ese veintitrés de noviembre, dos años y dieciséis días después de su primer discurso partía hacia el sur seguido de diez mil cholos armados de casi puro coraje al histórico rescate de un pequeño navío, carcomido por la polilla de mar, destartalado por el tiempo, oxidado por décadas de oleaje indiferente, pero glorioso para siempre, el momificado a punta de brocha Monitor Huascar.

Avanzo a fuerza de sorpresa sobre un sur desprevenido, rindió Arica e Iquique, evitó por motivos mas personales que estratégicos la monótona ciudad de Calama, cerco durante sesenta y cinco días el puerto agobiado de Antofagasta, sin poder detener al final la masacre de changos que sus huestes de cholos le infringieron enardecidos por el tedio de la espera. Taltal se rindió sin dar batalla, sintiendo que la ocupación era mas una liberación que una derrota.

El éxito de guerra santa que lo llevo en cientoveintisiete días con sus noches de farra desde la Tacna heroica a un Taltal asombrado lo hizo recapitular, y decidió en mala hora detener el avance para ordenar sus tropas y planificar la estrategia que lo llevaría a la rada de Talcahuano.

Formo un Ministerio de Guerra en campaña, un Grupo de Amigos de Confianza, y un Estado Mayor en alerta permanente. Entre sus seguidores mas fieros y despiadados nombro en una sola tarde tres Generales de Siete Estrellas, cinco Contralmirantes de la Mar Oceana, siete Tenientes Intranquilos y treinta y dos Cocineros de Picantes de Cuye, pero demoró dos semanas y media en el nombramiento que lo iba a llevar al fracaso, Janislaw Dimitrovic Jrewelsky, asumió el cargo de Jefe del Departamento de Informática.

El tal Jrewelsky era el representante de la International Bussines Machine en Curazao, Nova Lima y San Felipe de los Andes, había llegado a Taltal tres días antes de la ocupación para ofrecer al ejercito de recuperación un software que permitía generar un wireframe sin interpretación geológica, basado en la teoría de los fractales. Cordova rechazo el ofrecimiento pero le dijo que esperara por si cambiaba de opinión.

Habiendo finalmente nombrado su alto mando, pudo dejar en otras manos las rutinas de la guerra y dedicarse a lo que era su pasión, y a pesar de su vasta experiencia intento aplicar estadística no parametrica en el consumo del parque, teoría de colas a la hora del rancho y programación lineal en la estrategia que desarrollaba ante los ojos de espanto de sus generales descalzos. La falta de información validada lo llevo a nombrar entre aquellos cholos polvorientos, equipos para tomar, procesar e inventar si es preciso, los datos necesarios.

Mientras tanto, las sucesivas e innecesarias expansiones del Departamento de Informática le fueron desgastando sus menguados recursos. Una maraña burocrática lo envolvió bajo el tutelaje de Jrewelsky, su mano derecha. Sus ordenes eran codificadas, digitadas, erosionadas, desarticuladas y finalmente archivadas, pero ya no se cumplieron. Cuando lo hizo fusilar después de un juicio sumario en que el fue el juez, ya era demasiado tarde.

Aun hoy los niños que visitan las ruinas de su cuartel general se asombran de la cantidad de computadores Hewlett Packard Vectra 486/33VL, y algunos Pentium sin uso arrumbados en los casi infinitos cuartos del Departamento de Informática. No logró encontrar la estrategia que buscó desesperado, se fue diluyendo y enredando en una ilimitada telaraña de simulaciones condicionadas y aproximaciones estocasticas.

Cuando los días comenzaron a hacerse interminables a la espera de decisiones, cuando el pantano de su propia burocracia lo ahogo definitivamente en el lodazal de los días iguales, para matar el tiempo comenzó a evangelizar sus huestes de negros desabridos obligándolos a leer lo que el llamaba el texto capital para comprender la estructura del universo, Teoría de Cónicas Deformadas escrito a fines del siglo XVI por el ornitólogo heresiarca Ben Al Rami.

Algunos historiadores modernos pasando a llevar cuatrocientos años y un continente entero han promovido la falacia de que ambos fueron alguna vez amigos y que habrían discutido ante testigos de crédito (citan a Parmenides y a Safo) en algún tugurio de Alejandría, la tenebrosa cuestión de las Bases de Datos Relacionadas. Cuidadosas dataciones radiometricas llevadas acabo en los últimos años por la Smithsonian Institution han desbaratado esta aparatosa coincidencia.

La rebeldía cultural de los analfabetos pero felices cholos produjo los primeros quiebres y las primeras deserciones en sus tropas, era una estirpe creada para construir canales faraónicos y tumbas incomprensibles, no para el álgebra bizantina ni las insoportables Series de Fourier, su ignorancia histórica y su empecinamiento en convertirlos a la Geometría Analítica llevo finalmente a la sangría continua y terminal de su ejercito. El fin era inevitable.

El azar, esta vez para rescatarlo, lo llevo a un nuevo y también decisivo encuentro, ahora en el peor prostibulo de Taltal, El Gato Negro. Allí, abrumado por el fracaso de la irresponsable cruzada se hundió en los brazos de otra morena de ojos almendrados y caderas de perdición, que el no buscaba pero que siguió buscando desesperado, hasta el mismo día de su partida al exilio de Moquegua, sin ella, sin gloria y con la intima tragedia de volver a ser el mismo de siempre pero ahora para siempre.



Nota del autor.- Esta historia esta basada en las nota hechas al margen en el manuscrito original del Teoría de Cónicas Deformadas fechado en Amsterdam en mil quinientos ochenta y cinco, ambas letras claramente coinciden. El volumen se encuentra en la biblioteca del Institut fur Geologie, Geophysik und Geoinformatik de la Freie Universitat de Berlín.



Nota del editor.- El lector habra notado en el texto algunas paradojas de tiempo y de espacio, la editorial respetando el derecho del autor ha preferido mantener el texto original aunque dichas inconsecuencias lo hagan perder verosimilitud. No obstante, dada su tracendencia historica se encargo a los malogrados investigadores, Ludwig van Moltzke Profesor de Estado en Analisis Numerico de la Universidad de La Sorbone y al especialista en Historia Andina Contemporanea Arthur Alexander Quispe Mamani la revision exautiva de todas las fuentes historicas relacionadas. Si bien el brutal asesinato de ambos eruditos en la sierra de Chiclayo impidio la completacion de su informe, sus apuntes personales seran publicados proximamente bajo el titulo de Comentarios a la Guerra de los Cholos.

lunes, 9 de agosto de 2010

SOBRE UNA BORGEANA APROXIMACION A BORGES

Mi primera lectura de Borges fue en 1976, iba a hacer un pequeño trabajo geológico en una también pequeña mina de carbón cerca de Lautaro en Temuco. El dueño de aquella mina, un condiscípulo en la escuela de Geología, Raúl Jara, me llevo esa tarde el pasaje para el tren nocturno a Temuco, andaba trayendo un pequeño libro en sus manos, cuando me pasó el boleto y mientras me daba las últimas instrucciones miro el librito y me lo paso diciendo

-Toma, ya lo leí, llévalo para el viaje.

Ese es el viaje que acabo de terminar. El libro era "Historia Universal de la Infamia" de un tal Jorge Luis Borges, mi primer libro de Borges. Coincidentalmente también el primer libro de cuentos que escribió, en 1935.

Reconozco no sin cierta vergüenza que lo leí, seguramente en el viaje, y no me llamo mayormente la atención. No conocía al autor. Aunque ahora que lo pienso, creo que alguna vez había escuchado de él a Luis Enrique Borda, amigo de adolescencia y vecino del barrio de La Cisterna.

El texto quedo guardado entre mis otros libros de mi incipiente biblioteca. Cuando me fui a Antofagasta se fue conmigo en alguna de las dos cajas de libros que lleve a ese desierto. Se que en 1980 se salvo de una inundación casera en la que perdí varios libros arruinados por el agua de una llave abierta.

Se también que por ese mismo año lo preste a un compadre, Manuel Duran. Este hecho muestra que hasta ese día no era para mí un libro importante. Soy, como mi padre, un bibliómano, y no presto mis libros porque existe siempre el riesgo de perderlos. Si presté ese Borges fue porque no me importaba perderlo. Aun conservo el ejemplar con su tapa horriblemente ajada.

Por el verano del año 1981 otro amigo, Hernán Correa, cuando se fue de vacaciones al sur me encargo el cuidado de su casa. Yo debía ir en las tardes a dar una vuelta y prender las luces un rato. Poseía una extensa biblioteca, y me autorizo para sacar cualquier libro que me interesara. Revisando los volúmenes encontré "Obra Poética (1924 -1964)" de Jorge Luis Borges, no recuerdo que lo haya asociado con el ejemplar de "Historia Universal de la Infamia". Debió interesarme porque por ese tiempo yo escribía mucha poesía. Era una edición barata, con las hojas de los cuadernillos aun sin cortar, me estaba esperando. Lo llevé para mi casa donde aun permanece, esto indica que en realidad lo robé. Al leer sus poemas llenos de nostalgias, atardeceres, arrabales y aljibes me vino a la memoria un cuento corto, Reencuentro, que me había impresionado cuando lo leí a mediados de los sesenta. Recordé que estaba firmado por unas iniciales, al igual que el prologo del libro de poesías. Con la obsesión por reencontrar ese cuento en su extensa obra, comencé a leer Borges.

Leí ese cuento en una revista femenina a mediados de los sesenta. Eran los largos veranos de mi adolescencia, llenos de tedio. A la sombra del parrón leía los libros de mi padre, novelas policiales, biografías, historia contemporánea. En un cuarto en el patio se arrumbaban las revistas antiguas, Rosita, Eva, las Selecciones de Reader's Digest, de vez en cuando, para distraerme, sacaba alguna al azar y la hojeaba, leyendo algún articulo que me llamara la atención.

El cuento era sencillo, alguien llega después de muchos años, de vuelta a la casa de la infancia, la va recorriendo y al hacerlo va recordando aquellos detalles que la memoria guarda incluso sin nuestro consentimiento; el tacto del pomo de la puerta de entrada, el ruido de los oxidados goznes, el crujido de aquel peldaño, el inconfundible perfume del dormitorio de la madre, etc., recorre el patio, la añosa arboleda, el estanque, ahora seco, ve como la hierba ha ido cubriendo los intersticios entre las baldosas. Finalmente llega al fondo del gran patio y allí se detiene frente al túmulo de una tumba, la suya, donde penetra para descansar del largo viaje.

Recuerdo que recorté la cinco o seis hojas del cuento, era una revista Eva, de impresión café, el cuento venia acompañado con varias fotografías, también en tono café, que representaban imágenes del texto, el estanque, una arboleda, un dormitorio antiguo y así varias otras.

Cuando leí los poemas de Borges reconocí el mismo lenguaje, el tono intimo y nostálgico de la prosa bien elaborada, los detalles precisos, era el mismo autor. Inicié de inmediato la búsqueda de aquellas hojas, busque en vano entre mis archivos de poemas y papeles, entre las hojas de los libros, en las cajas con recuerdos u objetos antiguos. Fue en vano, no aparecieron. Vino entonces la obsesión, mi memoria guardaba detalles, los que fui escribiendo, pedí a mis hermanas que buscaran en las cajas de poemas que les había dejado a cada una cuando me casé, no estaban, que buscaran en los cajones de la casa por si habían algunos papeles míos traspapelados, nada. Recordé haberle llevado las hojas a una persona amiga para que leyera el cuento, pero estaba seguro de haberlas llevado de vuelta a mi casa, la contacté después de engorrosas averiguaciones, lo recordaba pero no las tenia, también me aseguró que yo las había llevado de vuelta. Pensé en ir a la Biblioteca Nacional, pero aunque estaba muy seguro del nombre de la revista no podía precisar su fecha, así la búsqueda seria una odisea casi imposible. Pensé en poner un aviso en un diario para comprar las revistas y si el azar me ayudaba… desistí de esta opción en algún momento de racionalidad… La obsesión me llevo a reescribir el cuento, busque en la memoria los mas mínimos detalles, ciertas frases o imágenes, el tono nostálgico, hice el esfuerzo máximo de recordar lo leído hacia veinte años. Lo titulé REENCUENTRO.

Con el tiempo la obsesión se diluyó, acepté dura la realidad de que no lo volvería a leer. Pasaron unos cuatro o cinco años. Yo solía ir a las ferias de las pulgas que se instalaban los domingos en Antofagasta. Iba a comprar monedas antiguas o extranjeras, a veces libros usados. Por el año 1985 o 1986, fui con mi hijo a una de ellas, quedaba lejos y no era habitual que la visitara. Después de recorrer el sector principal, donde compre algunas monedas chilenas antiguas, volvíamos al automóvil cruzando en diagonal una extensión de terreno seco y desierto, posiblemente un abortado proyecto de plaza, en ese lugar se instalaban algunos puestos clandestinos para vender baratijas demasiado usadas, los vendedores que allí estaban eran muy pobres, no podían pagar un puesto en el interior de la feria principal, y en cajones viejos o simplemente en una raída toalla exhibían sus trastos casi destrozados e inútiles para la venta. Yo ni siquiera miraba esas tristes mercaderías, zapatos usados, ropa de tercer o cuarto uso, fragmentos de juguetes, revistas y libros sin interés, etc.

Cuando estábamos en el medio del lugar vi una persona sentada al lado de una mesita en la que tenia dos o tres montones de unas veinte a veinticinco revistas usadas. Por inercia mas que esperanza me acerqué a mirarlas, eran revistas Eva antiguas…maquinalmente, pero repito, sin ninguna esperanza, acerqué mi mano al primer montón y hojee al azar, calculo que debo haber abierto la cuarta o quinta revista, y ahí estaban las imágenes en sepia del cuento que me había desesperado por todos esos años.

Creo que me temblaba la voz cuando haciéndome el indiferente pregunté el precio, la persona que hasta ese momento no me había mirado, levanto la vista y dijo una cifra irrisoria, hubiera pagado cien veces ese valor. Pensé en darle un poco mas, pero me atemorizó el que se diera cuenta de mi interés y que subiera el precio mas allá de la lógica. Compre varias revistas para diluir la importancia de la que me interesaba.

Mientras volvíamos a casa, iba pensando en la asombrosa coincidencia. Iba rara vez a esa feria, nunca compraba en ese sector paupérrimo, no sé porque me acerqué a esa mesa, sabia que siempre eran revistas sin interés, ni siquiera muy antiguas, y abrir la revista precisa y en la pagina exacta… porque estoy seguro que no hubiera insistido en buscar el cuento en todas esas revistas. De hecho, en otras ocasiones, y en otros lugares, había hojeado revistas Eva antiguas, pero sin tener referencias de fecha era imposible buscar. Por cierto, el cuento que me llevó a los laberintos borgeanos estaba firmado por las iniciales J.L.T., se titulaba RETORNO y hasta donde sé no era de Borges.

Decía que acabo de terminar aquel viaje, porque mi cuñado a través de sus contactos en Argentina me ha regalado el último libro de Borges que faltaba para completar la colección completa de sus obras, se trata de El Idioma de los Argentinos.

domingo, 8 de agosto de 2010

DEL NUMERO PERDIDO

Existe un número entre el tres y el cuatro. Millones, dirá el avezado lector pensando en los inconcebibles irracionales o en los ya casi cotidianos reales. La novedad, la asombrosa novedad es que este número es un entero. Un puro y simple entero, uno de esos dígitos de nuestra infancia, aprendidos en salas de clases con olor a lápices nuevos, esos números inefables que nos dieron el acceso a la armonía del universo, aquellos con los que solíamos contar.

La primera noticia sobre este número proviene de un matemático árabe del siglo XII, su nombre lo diluyeron los siglos o el oprobio, lo habría encontrado por error al efectuar un simple cálculo de la raíz cuadrada del 617, le quedo como la exacta cifra residual.

Estaba en el oasis de Getnarem, formaba parte de una caravana de científicos árabes que iba camino a Córdoba para mostrar a los hermanos expatriados los avances en las ciencias obtenidos en las aulas mas sagradas del reino. Se habían detenido a descansar del ardor desesperante del sol del Sájara y quiso mostrar a sus colegas, a la sombra siempre grata de los datileros, su último descubrimiento sobre las raíces cuadradas de los números primos. Trazaba en la fina arena con su alfanje de plata cristalizada los símbolos centenarios de sus números, aquellos que toda civilización debe a su raza. Eligió el 617 por que era un primo que contenía dos veces el siete, número que en la numerología de su aldea en Jartum representaba al Profeta.

Cuando la filosa punta terminó de dibujar el trazo cruzado del símbolo desconocido, de sus doctos colegas surgió un murmullo de asombro, azorado lanzo una exclamación de desagrado y sin pensar arrastro bruscamente la hoja bruñida sobre la milenaria arena borrando la operación equivocada. Molesto rehizo con lentitud y seguridad el cálculo y esta vez logro demostrar limpiamente su tesis. El número asombroso se había perdido.

Halim Al Serif que relata el suceso en su Armonía de la Tolerancia y Humildad de las Cifras Cuadráticas cuenta con sutileza árabe que ese matemático anónimo paso el resto de su vida rehaciendo su cálculo errado, buscando entre ahora pensados errores el grafo recóndito que un impensado error le había mostrado. La locura dice Halim fue el castigo de Ala para su desaforada proeza, tocar el arcano secreto de los números escondidos. Sabido es, nos recuerda, que dichos números solo son visibles a los ángeles y a los profetas.

Georg Kantor algo supo de esto, Louis Du Barelles cree que eso explica su aplicación desproporcionada en la definición de los enteros positivos, si el lector revisa esa tediosa definición encontrará mas limitaciones que lo usual para definir un simple conjunto que apenas sirve para contar porotos.

De los diez dígitos arábigos, cinco son hechos de sensuales curvas, tres hechos de agresivas rectas y ángulos, y solo dos construidos de curvas y rectas. La simetría del universo quiere que estos últimos sean especulares. Me pregunto que forma tendrá el numero perdido, solo sabemos que es plano, trazable con un alfanje en la arena.

Tal vez la geometría de la luz de las estrellas, esa curva mínima que hace su luz al cruzar la cercanía gravitatoria del sol sea explicable de forma mas humana por este numero extraviado, quizás ese numero sea las veces exactas en que el diámetro cabe en su propia circunferencia, habrá un planeta invisible para los no creyentes, entre la Tierra y Marte, y un objeto cabalístico entre el Triángulo, figura emblemática de la geometría euclidiana y el Tetragrámaton, el nombre oculto del dios hebreo, existirá un polígono inimaginable en el cual la suma de sus lados será mayor que tres pero menor que cuatro. Las posibilidades como se ve son infinitas, irán desde conjeturas practicas, de primera aproximación nos faltaría un dedo, hasta trágicas realidades de desmesuradas consecuencias, al dar el diezmo estaremos inocentemente ganando el infierno ya que, sin saber como, le estaremos robando a YAVE una parte. Tristemente los constructores de puentes, los apáticos contadores, tal vez algunos matemáticos, habrán derrochado sus mejores años en la falacia de un universo decimal e inexistente. Sus arduas noches habrán sido en vano, perdidas para siempre estarán las mujeres que despreciaron por el juego evanescente de un álgebra engañosa.

Oj Ala, el Misericordioso, se apiade de los hombres y no conozcamos nunca este dígito inverosímil, porque si es su voluntad darnos acceso al misterio, contar porotos ya no será tan simple.

viernes, 23 de julio de 2010

NOVA TERRA MINERALICA

El Norte Grande No Altiplanico, Arica no mas al sur de Chañaral, posee las particularidades de un país distinto, es como un archipiélago formado por las ciudades-islas que contiene. Lo define su extraña geografía de vastas y calcinadas pampas, estrechas costas, acantilados formidables e inhóspitas cordilleras. Los paisajes y la cultura de la puna no le pertenecen, no son parte de esta línea de islas rodeadas de desierto y mar, Chañaral, Taltal, Antofagasta, Iquique, Arica, y de las otras que alguna vez fueron, Pisagua, Cobija, Coloso, habrán otras que olvido o desconozco.

Sus habitantes sienten el aislamiento, la intensa soledad del desierto mas seco del planeta, la infinitud del mar con sus roqueríos lunares y las áridas playas. Los hombres mismos que lo habitan son ajenos, recién llegados, hablan otros idiomas o un castellano con acentos diversos, provienen de lugares, países o continentes distintos. La mayoría esta solo de paso, lo saben y lo sienten. Incluso aquellos que sienten sus raíces más profundamente enterradas en estos desiertos nortinos, tienen su origen en algún abuelo que llego, embarcado o enganchado, hace no más de dos o tres generaciones. Descontando los escasos changos nómades que vivían de aguada en aguada, estos lugares hace unos pocos siglos estaba deshabitado.

Su historia es leve, con héroes de paso y batallas ajenas, entre los que venían del norte y los que venían del sur, sus ruinas prehistóricas son conchales de changos que aparecen o desaparecen según el ritmo de los vientos, y entierros de visitantes del altiplano.

La minería y la pesca son las únicas ocupaciones que directa o indirectamente sus habitantes han realizado. Es como si se hubiera colonizado un nuevo planeta, lejano, solitario, con un objetivo único, extraer sus peces y sus minerales para cambiarlos por alimentos que les permitan continuar extrayendo sus minerales y sus peces. Lo queramos o no, es un destino triste y efímero.

Cabe preguntarse entonces si estos hombres no debieron haber generado su propia filosofía, sus propios mitos, su arte y su historia. La nostalgia de los lugares de origen, las duras faenas de sacar riquezas de los cerros y cardúmenes del mar, la cercana historia de guerra y conflictos sociales, la soledad de tener al frente un desierto azul y atrás un desierto ocre, el saberse de paso como en un exilio, a veces dorado pero siempre exilio, deberían llevar inevitablemente a un idioma propio, distintivo, que asuma con orgullo su rareza y su identidad.

Un lenguaje con sus propias significancías, esa pampa no es la pampa de pastizales y ganado, esos ríos no son los ríos caudalosos del sur lluvioso, ese trópico no detenta un ámbito tropical de guacamayos o palmeras. Cada objeto de este paisaje es un objeto nuevo, distinto y único.

Aquí las flores son de papel y el verde de los cerros es cobre, pertenecen a una botánica distinta. Los guajaches, los jotes, las garumas, (el gorrión también viene llegando), algún zorro, los lagartos de la Chimba o los pocos guanacos de Paposo constituyen su zoología general. La entomología se restringe a la polilla y el hormigón. En este mar habitan unicornios. Solo un diccionario propio puede definir las palabras Apir, Oficina o Cachucho.

Falta entonces la descripción ordenada y sistemática de este universo, de esta Nova Terra Mineralica, con su geografía elemental, la imaginería de sus héroes, y su extraña historia natural. La ardua construcción de esta Enciclopedia Necesaria, sabemos, es ya territorio del arte.

Pero estas artes deben evitar el charro colorido de lo folclórico y lo anecdótico, evitar lo que ya escribieron los turistas momentáneos del sur, evitar los lugares comunes de la sociología trágica y recurrente que se heredo del salitre, el típico cuento del pirquen con su venero de oro perdido y la amable postal de los pescadores en el alba.

Sin pena ni miedo, hay que lograr que sus habitantes asuman sus auténticos y dispersos orígenes, sus grandezas y sus limitaciones, para que las futuras generaciones que la habiten, enfrentadas en su hora a su propia gloria o tragedia, reconozcan asombradas los motivos que justifican su presencia y sus mitos.