sábado, 19 de febrero de 2011

LA NOVENA REINA, REINA DE TRISTEZAS

Diario de viajes

Era la Reina de Tristezas, sola en medio de todos. En ciertos instantes cerraba los ojos para hacer desaparecer ese mal encantamiento de un tren en un túnel inacabable y esas gentes tan cerca. Le faltaba la lluvia en las ventanas, y detrás del cristal los árboles y el otoño en un paisaje húmedo de ocres y amarillos. No era su reino, y ella lo sabía.


PROLOGO

Hace dos años y medio que he vuelto a Santiago, viajo diariamente en el Metro, en la mañana entre 7.00 y 7.30, y en las tardes entre 17.30 y 18.00. En estos rutinarios viajes, para matar la monotonía voy eligiendo alguna dama para escribir su leve historia. Así te descubrí un día entre el tumulto, te volví a ver dos o y tres veces, me llamo la atención la seriedad de tu rostro, tu mirada fija en un punto lejano, tus ojos grandes de largas pestañas, tu rostro alargado de un suave color mate.

En esas ocasiones te mire insistentemente, para que te dieras cuenta de mi, no recuerdo que me miraras mas de una vez en forma impersonal, un día en que ibas sentada quede frente tuyo y te mire todo el viaje. Te subías en Lo Ovalle, a la misma hora y en el mismo vagón que yo, despues supe que te bajabas en Manuel Montt, una estación antes que yo. Asumí esas coincidencias como un destino ya determinado para nosotros. Por aquellos días soñé encontrarte en el mismo edificio de mi dentista. Poco a poco comenzaste a interesarme más. Ayer te nombre Reina, la novena, y decidí quererte. ( No recuerdo si ya eras la tercera o la octava, casi estoy seguro que eras reina antes de hoy.)

MIERCOLES 29 DE ABRIL

El tren ya estaba por partir en Lo Ovalle, y subí como siempre en el último carro segunda puerta. Estabas sentada mirando hacia adelante, no pude hacer que me vieras, pero decidí seguirte en Los Héroes para irme contigo hasta Manuel Montt. Allí espere que te instalaras en el andén y yo me ubique también en el borde pero atrás tuyo, de tal manera que yo podía mirarte pero tú debías volverte para saber si yo estaba cerca. Lo hiciste de reojo.

Subimos juntos en el primer tren, me instale detrás de ti un poco oblicuo, miraste un par de veces de reojo, creo que talvez nos miramos en el reflejo de la ventana. Te mire durante todo el viaje. Cuando llegábamos a M.M. te acercaste a la puerta y yo también me acerque de manera que te dieras cuenta. Mientras el tren se detenía quede muy junto a ti cerca de la puerta mirándote por el reflejo.

(Había decidido bajarme contigo y seguirte, no hablarte, solo seguirte para que te dieras cuenta de mi interés y para saber donde trabajabas.)

Sabiendo que me baje junto contigo, saliste de la estación sin mirar atrás, solo cuando caminabas por 11 de Setiembre miraste un poco de lado para ver si te seguía. Contra lo que esperaba te detuviste en un paradero de colectivos, creo que me miraste para ver que hacia yo. No me atreví a pararme a tu lado, y seguí de largo sintiéndome observado y un poco ridículo, doble en la esquina para escapar.

Vestías una chaqueta gris oscura con líneas mas claras, una falda pantalón gris oscura y zapatos bajos. Me di cuenta que eras elegante.

(Ya en mi oficina comencé a planear el próximo paso, seguirte en el colectivo me pareció azaroso y pensé que me iba a sentir inconfortable. Finalmente decidí dejar una de mis tarjetas con mi teléfono en tu bolsillo)

JUEVES 30 DE ABRIL

Hoy me asegure de salir mas tarde para encontrarte, llegue a L.O. como a las 7.10, no habia tren aun en la estación, mire por ti pero no habías llegado, asumiendo que aparecerías, subí al primer tren que llego, no apareciste. Ya había decidido esperarte en L.H., así que no me preocupe. Igual te busque en el viaje, tratando de reconocer tu pelo.

En L.H. deje pasar el primer tren y te espere junto a la pared. Apareciste con una chaqueta de cuero café con capucha tipo montgomery, creo que te diste cuenta que yo te esperaba porque cuando te vi me acerque al anden, esta vez tu me ganaste y te instalaste a mi lado pero atrás, para mirarte debía volverme. Sacaste notoriamente un chicle, nunca te había visto con uno, asumí que lo hiciste por si yo te hablaba. Te mire de reojo un par de veces mientras llegaba el tren.

El tren que apareció, después de un largo siglo en que sentía que me mirabas desde atrás muy cerca mío, era un tren boa, subí detrás tuyo pero quedamos casi de espaldas. Tratando de mirarte olvide la tarjeta que llevaba en mi bolsillo, cuando la recordé me di cuenta que no estaba en posición para ponerla en uno de tus bolsillos, además la chaqueta no los tenia. Dude en bajarme contigo en M.M., pero no quise sentirme ridículo pasando de largo en el paradero de colectivos. Aun no me decido a hablarte ni a seguirte en el colectivo.

Cuando te ibas a bajar me acerque a la puerta como si fuera a seguirte, miraste de reojo y yo te mire fijamente, te bajaste sin mirar y solo te divise cuando empezabas a subir la escala.

(Ahora que escribo esto me da rabia no haberte seguido, creo que la próxima vez te seguiré para hablarte, pase lo que pase.)

LUNES 4 DE MAYO

Hoy no te vi , espere dos trenes en Los Héroes, fue en vano...pensé bajarme a esperarte en M.M. pero viajo a mediodía y tengo que hacer varias cosas. Quede muy triste...

Pienso que talvez no te vea nunca más, que has cambiado de trabajo o de horario.

VIERNES 8 DE MAYO

Estuve de viaje hasta ayer. Hoy te busque entre la gente y nada. No verte comienza a parecerse al infierno.

LUNES 11 DE MAYO

Hoy decidí esperarte hasta que aparecieras o confirmar tu desaparición. Como no te encontré en L.O. ni en L.H., me baje en M.M. y espere a la salida bajo la lluvia fina de este tu otoño. Apareciste con tu abrigo azul y tu paraguas, seria, indiferente, ni siquiera sentí que me miraste, pero lo presiento. Espere que te fueras en el colectivo. El universo retoma su rumbo cotidiano. Volví feliz a la oficina.

MARTES 12 DE MAYO

Hoy fue un buen día para nosotros. En L.O. pensé esperarte pero al fin me subí en el tren con la confianza que aparecerías o si no te iba a esperar en L.H., apareciste cuando el tren estaba lleno y no subiste, creo que mi miraste, que te diste cuenta que yo estaba ahí, al fondo frente a la puerta, mirándote. ¿Porque no subiste, sabias que te iba a esperar en L. H.? Pienso que querías comprobarlo.

Te espere en L.H., deje pasar un tren y antes que llegara el otro apareciste, yo te estaba esperando en el preciso lugar del anden donde queda la puerta en que te subes. Te pusiste a mi lado, solo me miras de reojo. El tren venia medio vacío así que nos vinimos juntos, uno al lado del otro, mi brazo tocaba tu cartera. No me miraste por supuesto, solo de reojo, yo hice lo mismo. Creo que te moviste un poco para verme por el reflejo de la ventana. Al llegar a M.M. te acercaste a la puerta y yo te seguí, no me baje porque no se como hacer para hablarte. Subiste la escala sin mirar atrás.

(Esta vez sentí claramente tu cercanía, aspire secretamente tu suave perfume, acaricie con mis ojos suavemente tu pelo. Supe ahora que podría quererte bajo los árboles y la lluvia de esta ciudad inmensa.)

¿Porque no me das aunque sea un pequeño indicio de que existo para ti, porque me miras siempre de reojo, nunca directamente...? Necesito una seña, un leve gesto para decidirme a hablarte. Si hoy hubieras subido al tren lleno en L.O. talvez me hubiera bastado para decidirme a hablarte.

Bonita cartera, pañuelo azul al cuello, eres muy elegante. Considere la posibilidad de dejar mi tarjeta en uno de tus bolsillos, pero me lo impedía tu cartera.

He decidido que el viernes te seguiré en el colectivo.

VIERNES 15 DE MAYO

No subiste en L.O., así que te espere en L.H. un tren, y apareciste, me ubique al lado tuyo y subimos juntos, viajamos muy juntos, incluso me miraste un par de veces. Esto me dio animo y me baje contigo en M.M., mientras te seguía hacia la salida detrás tuyo iba pensando que hacer, sin pensar mas te hable subiendo la escalera de salida,

-disculpe, dije amablemente

-si?, preguntaste con cara inmutable,

-como puedo hacer para conocerla?, dije tratando de que mi voz sonara suave, pronunciaste un pequeño chasquido de molestia y volviste la cara,

-disculpe..., alcance a decir y me quede como tonto parado frente a un kiosco haciendo como que leía los titulares cuando en verdad estaba esperando que te alejaras para escapar. Por suerte no me veías porque yo estaba oculto por el kiosco, así que me devolví tome el primer tren y desaparecí de tu vida para siempre.

POST DATA

OCTUBRE 6

Hace ya un par de semanas que decidí verte nuevamente. Había decidido no volver a hacerlo, viajaba a mi hora de siempre, mas temprano que tu, y en los vagones de atrás. Igual te buscaba entre las gentes pero sabiendo que no te encontraría.

Pero comencé nuevamente a viajar en tu primer vagón, pero no en tu horario, como queriendo y no queriendo encontrarte. Evitaba así la coincidencia de espacio - tiempo que me llevaría a ti.

Pero hoy el azar, ese juego inevitable al que estamos sujetos, hizo que saliera unos minutos mas tarde de mi casa, que el colectivo se demorara unos minutos mas de lo normal, y finalmente que tu llegaras a la estación Lo Ovalle unos minutos antes que lo habitual, y a las 7.15 te vi subiendo al metro en el mismo vagón de siempre y por la misma puerta a la que yo debía subir.

Pensé rápidamente si irme junto a ti, pero no me atreví y subí finalmente dos puertas más allá, en el mismo carro. Durante el trayecto te busque entre la gente pero no te pude ver. Me fui pensando que hacer en Los Héroes, si seguirte al primer vagón o irme en uno de mas atrás. Te vi bajar seria e indiferente al tumulto, caminando rápido con la vista fija al frente, mientras bajaba la escala decidí no seguirte, y tratando de esconderme entre los demás pasajeros me escabullí a esperar el penúltimo vagón. En Manuel Montt no alcance a verte subiendo la escala.

No se si todo es coincidencia o tu también me estas buscando, solo que ocupas el mismo vagón pero mas temprano de lo habitual para ti, como queriendo y no queriendo encontrarme.

Tampoco se que haré mañana...

Reviso las coincidencias de la mañana y recuerdo un hecho extraño. Mientras esperaba el colectivo en la esquina de siempre vi un poco mas atrás por la misma calle un hombre viejo y con aspecto casi de mendigo, me pareció que también esperaba el colectivo, pero yo estaba antes en el trayecto así que no me preocupe. A los pocos minutos el comenzó a caminar hacia donde yo estaba y siguió de largo anteponiéndose por mas de una cuadra a la espera del colectivo. Cuando paso por mi lado lo reconocí como un antiguo vecino del barrio, me extraño su aspecto pobre y desarreglado. El ocupo el único lugar del primer colectivo que paso, debí esperar el siguiente. Conozco a los pasajeros usuales de esa hora y a el nunca lo había visto, me pregunto si era el ángel oscuro del destino, y su papel era simplemente retrasarme para que nos encontráramos.

OCTUBRE 23

Otra vez te escribo, pienso si imaginas que ya has logrado cinco paginas.

La semana recién pasada, creo que el día miércoles, en la mañana yo ya estaba en el tren en LO cuando te vi venir hacia el mismo carro en el que yo estaba, pensé que te ibas a subir, pero te quedaste esperando el próximo tren, tal vez porque este iba mas completo, no me viste.

En LH decidí no esperarte, íntimamente dejando al azar la posibilidad de que alcanzaras el tren en el que yo estaba, pero no fue así y cuando el tren en el que yo estaba ya iba partiendo apareciste. Vestías un traje color fucsia, con una blusa de cuello camisero grande y blanco. Tu rostro con la misma seriedad de siempre, el mismo aire de lejanía de distancia, casi de ausencia. Me pregunto si no será desolación, soledad, una infantil timidez.

No pude escribir antes el encuentro, demasiado trabajo, es posible que haya olvidado algún detalle.

Hoy no, estoy escribiendo esto ahora mismo, de hecho apenas llegue a la oficina hice rápidamente los apuntes que ahora despliego.

Salí un tanto atrasado de mi casa, cerca de las 7.00, estaba ofuscado pensando en los trenes llenos a esa hora, cuando recordé que podría encontrarte, la expectativa casi me alegro.

Y así fue, eran las 7.10 cuando al bajar la escala de la entrada en LO vi que tu venias bajando por la escala de enfrente, nos encontramos casi de frente, tu bajaste delante yo detrás tuyo, se que nos miramos pero no al mismo tiempo, se que bajaste sabiendo que yo venia atrás.

Mientras te seguía, en esos breves segundos, decidí no irme contigo en el mismo carro, y baje al andén por la otra entrada. En LH te vi de lejos bajando a la línea 1, y ahí si me decidí a irme contigo juntos. Me pare a esperar el tren un poco mas adelante de ti, cuando el tren llego creo que quedamos frente a puertas distintas. Me parece que tu te acercaste a mi puerta..., subimos juntos, uno al lado del otro. Dentro ambos fuimos a tomar la misma manilla colgante, se produjo una especie de desencuentro, finalmente yo me moví un poco mas adentro tocándonos las espaldas. Quede medio de lado y tú mirando hacia la puerta, dándome la espalda, juntos.

Durante el viaje yo te miraba de reojo, tu talvez por el espejo del cristal de la puerta, no te mire directamente. Te note inquieta, movías la cabeza de un lado a otro, quizás tratabas de ver si yo te miraba. En MM me di vuelta hacia ti para que pensaras que me iba a bajar contigo, pero sin mirarte, evitando que nuestras miradas se encontraran en el espejo de la puerta, tú bajaste y subiste la escala sin mirar atrás, como siempre. Me quede observándote hasta que te perdiste por la escala.

Ibas vestida igual que la última vez que te vi, pienso que es un uniforme. Llevabas zapatos bajos blanco invierno y una cartera blanca, tu pelo no estaba bien cepillado como otras veces, tenias las uña pintadas rosado oscuro, pero la capa de pintura era muy densa.

Hoy nuestras miradas nunca se cruzaron pero intuyo que ambos nos miramos y ambos nos sabíamos observados. Es mas creo que tú quieres seguir este juego de distancia y cercanía.

(Nota.- JUEVES 19 OCTUBRE. Con nuestro encuentro de hoy he acumulado seis ocasiones en que nos hemos encontrado, apenas llego a la oficina tomo notas manuscritas de los hechos, como he tenido mucho trabajo no he alcanzado ha escribirlas en este texto, pero ahora he decidido escribirlas y entregártelas una vez que las termine.)

VIERNES 23 OCTUBRE

Siete diez de la mañana, deje pasar un tren para esperarte, llegaste poco después y te ubicaste detrás mío a cierta distancia, cuando llego el tren me moví hacia la puerta, tu me viste pero no subiste y permaneciste cerca de la pared. Después que me subí te acercaste a la puerta siguiente a la mía y no subiste. En LH deje pasar un tren pero no apareciste. Vestias igual que la vez anterior sigo pensando que es un uniforme. En LO te observe dos o tres veces, me pareciste inquieta.

MARTES 3 NOVIEMBRE

Hoy vestías una chaqueta negra. No entiendo lo que sucedió. Estabas en LO cuando llegue el tren estaba instalándose, me ubique mas adelante dándote la espalda. Subí al tren cuando este llego pero tú no, mire al andén y no te vi, tampoco llegaste a LH. Me extraña que te quedaras en LO, habían pocos pasajeros... fue para ver si te esperaba..?

(Nota 19 NOVIEMBRE.- Leo ahora las dos notas anteriores y pienso si has estado esperando a otra persona. Tengo celos y no se de que...?)

POST DATA

Han habido cambios extraños, (ya no llevo las fechas) hace dos o tres semanas comenzare a bajarte en la estación Pedro de Valdivia, la misma donde me bajo, caminas hasta el paradero de microbuses y tomas cualesquiera que siga por P. de V.

Me asombro la primera vez que te vi esperando el micro, supongo que te has dado cuenta de nuestra coincidencia, aunque no lo demuestras. Cambiaste el carro donde te subes en LH, ahora subes en el que después queda frente a la salida en PV, bajas muy rápido y caminas al paradero sin mirar atrás ni detenerte. Yo te sigo tratando de que me mires, pero nada...

No hace mucho en una ocasión en yo esperaba en LO, al llegar pasaste un poco de largo y después te paraste delante de mi en el anden, de manera que yo al mirar si venia el tren debía mirarte a ti. Trate de no hacerlo y estuve todo el rato mirando una bebe que estaba delante de nosotros. Al subir quedamos de espaldas casi tocándonos.

En otra ocasión yo llegue después de ti y tu estabas ya sentada, subí en ese carro y me pare a tu costado, te supuse nerviosa, en LH te seguí de atrás un poco pero después me detuve antes.

13 ABRIL

Este año ya no viajas en el metro a nuestra hora. Desde que volví de vacaciones en marzo ya no te he vuelto a ver. Esto es el fin.

FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario